“Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra”.

Isaías 2:4

nones, capítulo siete



nació el mismo día que da vinci siglos después. o antes. trabaja en el novecientos veintiuno de una calle del centro. un día desayunó cinco tostadas. tomó el colectivo siguiente al de y treinta y uno a las siete cuarenta y siete. llegó tarde. perdió la puntualidad y la paciencia. había entrado en pánico, nunca más se tentaría en comer dos, sí, dos tostadas de más. tardaba tres minutos necesarios e imprescindibles en atarse los cordones. o no los desata o usa zapatillas con velcro, como los niños. desde ese día odia al número dos. fracción de eyección 69%. ya no escucha tres golpes a su puerta, escucha cinco. su gata perdió la visión de un ojo, tres piezas dentales y una de las siete vidas. cree que alguien está lucrando con la historia de su vida. nunca prestó un libro ni devolvió los que le prestaron (son tres y están separados para la ocasión, pero no tiene intenciones de devolverlos). la canción one le gusta desde el año mil novecientos noventa y nueve porque antes nunca la había escuchado. su sillón favorito tiene tres patas y un tomo uno. es muy cómodo como para deshacerse de él, aunque en mi pierna izquierda siempre sienta cosquilleo al sentarme ahí, dijo. es un sillón viejo, en realidad, es el sillón en donde su madre le daba la teta, tiene un cariño especial por él. el tomo uno es de un diccionario enciclopédico que había en la casa de su abuela. seguramente alguien pensó que se puede prescindir de las palabras desde la pe a la zeta y del atlas. pero si ni siquiera está la palabra sida, es viejo, tiralo. no lo tiró, es la pata que le falta al sillón.