“Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra”.

Isaías 2:4

nones, capítulo cuarenta y nueve. señor juez


camine. procastine. sea feliz. apiádese del que no pudo y si pudo, bienvenido sea. quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. no adopte dogmas, no beba, no coma, la huelga es huelga y si así no lo hiciere, que lo demanden. ése, el de ojos claros, sí, ese, ese no me gusta, porque no me gusta, no, no me gusta. ¿realmente existen la igualdad, la libertad y la fraternidad? debe ser la pastilla que convierte todo en azul, sí, mañana es azul, alguien preguntará porqué todavía sonríe, porqué no tiene hijos, porqué no deja de romper las pelotas, porqué no hay nada más lindo que ser uno. milagros las pelotas. mañana otro análisis, con posible resultado positivo. ira. sin agenda. al menos sabe las letras y algunos números. el resto, es un tubo de ensayo.


ph: javier bardem, por solve sundsbo.


nones, capítulo cuarenta y siete. el final, ¿el final?



«se dice de dios: los nombres no te nombran. eso es igualmente justo para mí; ningún concepto me expresa, nada de lo que se considera como mi esencia me agota, no son más que nombres. se dice, además, de dios, que es perfecto, y no tiene ninguna vocación, no tiene que tender hacia la perfección. también esto es cierto para mí.
yo soy el propietario de mi poder, y lo soy cuando me sé único. en el único, el poseedor vuelve a la nada creadora de que ha salido. todo ser superior a mí, sea dios o sea el hombre, se debilita ante el sentimiento de mi unicidad, y palidece al sol de esa conciencia.
si yo baso mi causa en mí, el único, ella reposa sobre su creador efímero y perecedero que se devora él mismo, y yo puedo decir: yo he basado mi causa en nada».


stirner, max, 'el único y su propiedad', 1845.