nones, capítulo cincuenta y tres. para antonio
su edipo lo impide, todas las puertas no se abren con la misma llave, pero insiste. lo hizo, otra vez. adoptó una piedra-mascota. le puso por nombre ixca, no es un nombre común pero para carlos fuentes lo era. el señor de bigotes oscuros que conversaba con los muertos. el señor de tantos libros. su inspiración nocturna vuelve a ser b. b. king. los recuerdos del futuro no dejan de pasar, uno, tras otro, tras otro, como un mantra. ¿dónde habré dejado a ixca?, pensó. gritó ixca, pero al instante recordó lo que es, una piedra. será cuestión de esperar que amanezca, que se detenga el tiempo y que pueda reírse de otra cosa.